
"Fue entonces cuando supo
como había conseguido
esa única rosa roja.
El curaca Guanamunay, en pacto con Zupay,
se había desangrado y con su propia sangre teñido
aquella rosa que antes fue blanca
y ahora era de un rojo indeleble.
Había muerto por salvar a la ñusta,
de quien se habia enamorado y de la que nunca pudo
obtener don alguno, ya que era la prometida de un príncipe..."
(fragmento Cómo nacieron las rosas rojas
Doris Zeballos , uruguaya, leyenda inca)