Le pidieron cierta vez a un rabí, cuyo abuelo había sido discípulo del Baal Shem, que relatara un cuento sobre su maestro.
— Un cuento — dijo — debe ser contado de tal manera que se convierta en una ayuda por sí mismo — Y continuó —.Mi abuelo era cojo. Una vez le pidieron que refiriera un cuento y él describió cómo el santo Baal Shem acostumbraba saltar y bailar mientras oraba. Mi abuelo, transportado por sus propias palabras, se puso de pie y comenzó a brincar y a danzar como lo hacía su maestro. Y desde ese momento se curó de su cojera para siempre.
¡Es así como un cuento debe ser contado!
Cuento de la tradición jasídica
Cuento de la tradición jasídica
obtenido del blog de Graciela Pérez Aguilar
3 comentarios:
Tal vez algunas veces deberían contar bien los cuentos, así habría menos personas cojas, no crees, un besito, tu amiga .
Me parecen lindísimas tus ilustraciones y tu blog.
Cariños,
Graciela
Tus ilustraciones me fascinan. Felicitaciones.
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